jueves, 27 de noviembre de 2008


Cómo me he puesto !!

Y es que no paro de pensar en lo único... Qué rico todo, por Dios ! ¿Y esa ensalada tibia de calamares? Para morirse. Lo del vino ya es una barbaridad. He probado vino de año, crianza, reserva y gran reserva. Tinto, blanco, hecho en bodegas modestas y en las más reconocidas del mundo. Lo he tomado comiendo, cenando y hasta desayunando. He asistido a catas espectaculares donde el vino corría como el agua del Aquarium... Nos hemos metido en bodegas centenarias, donde las telarañas, tupidas como el jersey que me hizo mi madre, desepeñan su función anti-parasitaria, y los gruesos velos de moho visten los nichos del tesoro de los grandes reservas del siglo pasado. ¡Qué delicia! ¿Cómo se puede hacer un bacalao a la riojana para 20 más los que repetimos hasta el dolor de tripa, y que no te falte ni te sobre nada? Yo lo tengo claro, es el amor. El amor que esos paisanos ponen en lo que hacen, Todos saben cocinar, todos entienden de vino y lo saben hacer, y nos lo han ofrecido todo con el mismo cariño con el que una madre amamanta a su hijo. Yo es que no lo entiendo. Solo sé que, a las dos horas de cena, estaba bailando jotas riojanas como si me fuera la vida en ello, y eso, amigo mío, no es solo cosa del vino...

1 comentario:

Sol dijo...

Pues yo hablaré a la vuelta de la comida mexicana, mira que no me gusta el picante... recuerdo una vez que comí en un Indio, era picante y no podía resistir la quemazón y me pegué un trago de un licor que tenía a mano que no se ni lo que era y me quería morir.. qué horror!!

Las fotos de este vuestro viaje están muy bonitas, parecéis una panda de críos :-)

besos