martes, 25 de noviembre de 2008




Esta mañana me he marchado de una manera extraña de casa. No he tenido tiempo de ayudar a vestirse a Paula y, a Julia ni siquiera le he dado los buenos días. Para mi este día no cuenta como uno entero... En el recuento de días, cuando toque hacerlo, serán churricientos días y medio. Por que hoy llevo todo el día como si no hubiera desayunado o no me hubiera duchado. No pienso pagar este día como uno entero o sea que, cuando me vaya a morir, le recordaré a San Pedro que me debe medio día... 
Hoy comienza una cuesta empinada que desebocará, irremisiblemente, en las vacaciones de Navidad. Estos días son extraños, prometedores pero vacíos de contenido. En el trabajo todo son prisas aunque sabemos que la suerte está echada, no vamos a reventar de éxito este año. En casa, mis hijas están cansadas del cole y tanta actividad extra. La Navidad está lo suficientemente cerca como para preguntar por ella pero no tanto como para ser la ilusión que las haga levantarse cada mañana. Emi está cansada tambien. Cansada del trabajo y la rutina, cansada de cansarse, de mí y un poco de todo. Ella es como Ricardo Corazón de León, no hay otra mejor en la batalla pero, en la paz le asaltan las dudas. Mi compañera... Sin ella, nada. Ni familia, ni trabajo, ni hogar... Nada. Cuando su mirada se cruzó, por primera vez con la mía, un bendito día de Agosto en el primer año de mi nueva vida, me fué revelado el secreto de la felicidad e, increiblemente, otorgado el más rico de los dones al que menos se lo merecía.  Los años han pasado despacio, saboreando el milagro y agradeciendo, día a día haber sido el elegido.

1 comentario:

Sol dijo...

Dudar, aburrirse, disfrutar, dudar, aburrirse, cansarse, cabrearse, cuestionarse, dudar...

no seríamos humanos si no lo hiciéramos

dices "... ser el elegido.." jeje, yo también elegí a mi santo:

"Tu! aquí!"

jaja

Animos a Emi en sus crisis, a ver si un día la conozco.
Besos